Vivir el espino
Vivir el espino
Instalación, aluminio, cerámica, sonido
61X52X120cm
2014
Habitar en la periferia de Bogotá-Colombia me ha permitido generar preguntas por la arquitectura que la compone en su interior, los barrios informales que se levantan en la montaña se convierten en soluciones habitacionales complejas, donde sistemas de autoconstrucción se convierten en herramientas necesarias para sobrevivir. Adaptar todo tipo de materiales para configurar una casa, resignifican continuamente en ese acto, el concepto de la misma. El barrio Espino III sector ubicado en la localidad de Ciudad Bolívar se encuentra catalogado como un territorio en condición de alto riesgo no mitigable, esto a generado que muchos de sus habitantes tengan que acogerse a procesos de reubicación teniendo que dejar su territorio, sin embargo muchos habitantes no ven garantías en los procesos de reasentamiento y permanecen en sus viviendas como único seguro que les impida ser desalojados.
Vivir el espino es una propuesta que parte de un testimonio real de un habitante del barrio, este documento sonoro se convierte en testimonio de la aguda condición del territorio, la maqueta es un dispositivo narrativo que hace evidente las problemáticas sociales y políticas del barrio, la base de la escultura son los vestigios de las viviendas que han sido evacuadas y demolidas.
Instalación, aluminio, cerámica, sonido
61X52X120cm
2014
Habitar en la periferia de Bogotá-Colombia me ha permitido generar preguntas por la arquitectura que la compone en su interior, los barrios informales que se levantan en la montaña se convierten en soluciones habitacionales complejas, donde sistemas de autoconstrucción se convierten en herramientas necesarias para sobrevivir. Adaptar todo tipo de materiales para configurar una casa, resignifican continuamente en ese acto, el concepto de la misma. El barrio Espino III sector ubicado en la localidad de Ciudad Bolívar se encuentra catalogado como un territorio en condición de alto riesgo no mitigable, esto a generado que muchos de sus habitantes tengan que acogerse a procesos de reubicación teniendo que dejar su territorio, sin embargo muchos habitantes no ven garantías en los procesos de reasentamiento y permanecen en sus viviendas como único seguro que les impida ser desalojados.
Vivir el espino es una propuesta que parte de un testimonio real de un habitante del barrio, este documento sonoro se convierte en testimonio de la aguda condición del territorio, la maqueta es un dispositivo narrativo que hace evidente las problemáticas sociales y políticas del barrio, la base de la escultura son los vestigios de las viviendas que han sido evacuadas y demolidas.